Finalmente, deseo dar este principio guía para el jugador de ajedrez despierto: Detenga cualquier peón que quiera avanzar bajo el más despreciable pretexto; cualquier peón pasado, cualquier parte del centro, cualquier mayoría cuantitativa o cualitativa, deténgalos.
Primero inténtelo, naturalmente con medidas moderadas, después de esto deje que su virtuosa furia ajedrecística se hinche hasta su máximo crecimiento. El climax: lo ideal de toda acción obstructora es y seguirá siendo el bloqueo.
Dresden, 1924
Aaron Nimzowitsch
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